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MERCADO CENTRAL

LORO DEL MERCADO CENTRAL

Introducción

 

   Nuestra exposición se va a llevar a cabo en el Mercado Central de Valencia, que está situado entre la plaza del Mercado, al lado de la Lonja de la Seda, y la plaza ciudad de Brujas. 

 

   En el Mercado Central se vende todo tipo de alimentos como pescado, mariscos, frutas, carnes y embutidos tanto para consumo doméstico como para abastecer a importantes restaurantes de Valencia. La compra en este lugar está cargada de gran encanto por la belleza de su arquitectura y la tradición e historia del mercado. Es uno de los principales atractivos turísticos de la ciudad de Valencia.

 

Cuento y actividades

 

   El Mercado esconde una leyenda, acerca del loro que se encuentra situado en lo alto de una de sus torres. Esta leyenda cuenta una triste anécdota en la que el loro protagonista sujeta en su pico una pepita de oro que por las mañanas, cuando el Sol incide directamente sobre ella, brilla y se puede apreciar desde abajo. Se dice, que las familias pobres, la mayoría en esos años llamados el Trienio del Terror (1947-1949), dejaban a los niños en las escaleras de la Lonja, situada enfrente del Mercado Central, por la mañana, y les decían que si miraban fijamente al pico del loro al final se le caería la pepita y se harían ricos. Pero la pepita nunca caía y los niños 

pasaban el día sin comer y sin molestar a sus familias, que seguramente estaban a pocas calles pidiendo limosna o trabajando por poco dinero. 

 

   Algunos padres volvían por la noche a recogerlos, sin embargo, no todos los padres volvían a por sus hijos, por lo que la pepita de oro se convirtió también en el método de abandono de muchos niños valencianos.

 

   Nosotras hemos centrado nuestro trabajo en la leyenda del loro del Mercado Central. Hemos adaptado esta leyenda, para que sea más atractiva y adecuada para los niños. Para ello, hemos creado un cuento donde el protagonista es el loro y donde se narra la leyenda, con algunas modificaciones sobre la original. Además, hemos introducido recursos literarios como trabalenguas, adivinanzas, rimas y el propio cuento. Como nuestro cuento iba enfocado a 

niños de infantil hemos incluido también un juego.

 

(Ana) En la maravillosa ciudad de Valencia, justo en el centro de la ciudad, había un mágico mercado, llamado el mercado Central. En este mercado habitaba un loro que llenaba de esperanza e ilusión los corazones de los niños. En este mercado vendían muchos productos; carne, fruta, verdura, pescado... y a nuestro loro le gustaba uno en particular, a ver si lo adivináis. (Elegimos voluntario para leer la adivinanza. Enseñamos código qr).

 

 

Crezco en un girasol,

De color gris soy,

Algunos adultos me usan para fumar

Y echan humo sin parar.

¿Lo podéis adivinar?

 

(Lucía) Nuestro loro no era como los demás tenía una historia muy particular, que le hacía ser el protagonista del mercado central. Todas las mañanas, cuando el sol tocaba lo alto del cielo, se veía brillar en su pico una pepita de oro. Las abuelitas y abuelitos, contaban que si te quedabas mirando fijamente con los ojos muy abiertos a la pepita, esta caería de su pico y llenaría de riqueza a aquel que la cogiera. 

 

   Algunas familias valencianas, que no podían cuidar todo lo bien que querían de su hijos, los dejaban junto al mercado, mirando al loro confiando que la suerte se pusiera de su lado haciendo caer la pepita y logrando así que sus hijos pudiesen ser más felices.

 

   Para no hacer tan larga la espera, y no ver a los niños tristes, el loro les hacía reír de una manera particular. Nuestro amigo, dejaba caer sus plumas y acariciaba las mejillas de los niños para hacerles cosquillas. (Lucía hará cosquillas con una pluma a las compañeras).

 

(Yaiza) Los pequeños, le tenían mucho cariño al loro y todos tenían la ilusión de conocerlo. Por eso, pensaron que si le daban su comida favorita... ¿Os acordáis cuál era? LA PIPA ¡Muy bien!

 

   Por eso pensaron que si le daban pipas, el loro bajaría y podrían conocerlo. Para llamar la atención del loro, a los niños se les ocurrió la siguiente idea: pintar las pipas de muchos colores; rojo, amarillo, verde, azul, morado, naranja y rosa... (Ponemos los vasos de colores en el suelo) y agruparlas en pequeños montones para que pudiese elegir el color que más le gustara. Se me ocurre una idea, entre todos vamos a agrupar las pipas por colores y ver así si el loro baja a visitarnos. Para ello, os van a dar a cada uno una pipa (Noelia, Amira, Lucía y Ana pasarán con pipas de colores y las compañeras cogerán una) y tendréis que agruparos con los compañeros que tengan la pipa del mismo color. ¿Ya tenéis todos los pipas? Ahora tenéis que agruparos por colores yendo al vaso que os toque.

 

   Ahora que ya están los grupos formados, os vamos a proponer un reto muy difícil. Un miembro de cada grupo tendrá que conseguir encestar la pipa en el vaso de su color, pero sólo tendrá una oportunidad por lo que tendréis que esforzaros mucho, porque el equipo que lo consiga, obtendrá un premio. 

 

(Noelia) Como habéis visto, el loro no bajaba a coger las pipas que los niños habían preparado con tanta ilusión. Pero, ¿Sabéis una cosa? Nosotras sí que podemos deciros dónde encontrar a nuestro amigo el loro. Eso sí, tendréis que pasar una última prueba. Uno de vosotros tendrá que decir este complicado trabalenguas. (Elegir voluntario para leerlo). 

 

Pobre del niño que mira el oro del pico del loro.

¿Querrá el loro compartir su oro con tanto tesoro?

 

(Amira) ¡Muy bien! ¿Crees que puedes decirlo más rápido? ¡Perfecto! Vamos a conocer al loro. Como veis, está situado en lo alto del mercado y no bajaba cuando los niños le ofrecían las pipas, porque desde allí arriba los observaba y cuidaba. Para que los niños no estuviesen tristes, el loro decidió repartir la riqueza de su pico entre ellos, dejando caer desde el cielo muchas pepitas de oro.

 

 

Yaiza García

Lucía Olmos

Ana Sancho

Amira Sabbagh

Noelia Martínez

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